Aún recuerdo las navidades cuando era un niño. Se reunía gran parte de la familia y hacíamos la ‘típica’ cena navideña. Para mí eso era lo normal. No podía estar más alejado de la realidad, pero bueno, la inocencia y privilegio en esos años me daban esa perspectiva.
Años más tarde, con las vueltas que da la vida, fueron más bien navidades tristes, llenas de incertidumbre, a veces un poco incómodas. Es una parte de la historia que ha estado en silencio, pero de a poco va siendo aceptada por mi interior y me ayuda a entender lo que soy hoy.
Para mi gran fortuna, las últimas 3 navidades las pasé en San Pedro, con mis ex compañer@s de trabajo, querid@s colegas y amig@s. Por temas laborales, no pude viajar a visitar a mi familia, pero en el norte creamos nuestra propia familia. La unión de la comunidad en Manglares estará siempre viva en mi corazón.
Hoy, como sabíamos, la navidad nos encuentra en plena ruta. Y vaya sensación nos deja. Estamos solos con Toki, pero todo el apoyo que hemos recibido de amig@s, conocid@s e incluso desconocid@s nos hace pasar, en sentido figurado, una navidad más acompañados que nunca!
Hoy, me reconcilio conmigo mismo, y recuerdo con ternura ese abrazo materno en mis primeros años de vida. Atesoro la fortuna de crecer junto a una familia, suerte que no tod@s pueden contar. Acepto y entiendo que la vida sigue su curso y poco podemos hacer al respecto. Agradezco la oportunidad, la valentía y el coraje que he tenido para estar aquí, cumpliendo uno de mis sueños. Y miro hacia adelante, sin miedo y con mucho amor.
Feliz tarde/noche para tod@s!!! No importa en qué estado vivan su navidad, espero que tengan la tranquilidad de una noche segura.