Esta vez, llegamos a Puerto Viejo por una corazonada, y fue la mejor decisión. Felipe y Cristóbal se encargaron de recibirnos, darnos consejos, cuidarnos la bici y, finalmente, compartir un día lleno de historias, construcciones, comida rica y una fogata para cerrar la jornada.
Encuentros así le dan sentido a la travesía y nos llenan de energía para seguir nuestro camino!
Con Toki estamos muy agradecidos 🐶☺️

